Los usuarios de Netflix se vieron sorprendidos hace poco por la repentina inclusión de la tercera entrega de la saga Cloverfield, o lo que es lo mismo, Monstruoso, la particular producción de bajo presupuesto de J. J. Abrams. En un extraño movimiento de marketing promocional, 'The Cloverfield Paradox' se estrenaba en la plataforma de streaming el mismo día que su anuncio oficial en el intermedio de la Super Bowl de este año, una decisión igual de rara que los estrenos de las dos entregas anteriores, siempre cogiendo de improviso a la gente.
Ya han pasado 10 años desde aquel 'Monstruoso (2008)' que sorprendió a todos, tanto a la audiencia por encontrarse de pronto con una jugosa cinta kaiju, con la traviesa (y mareante) técnica del found footage, es decir, narrar los hechos videocámara en mano, y sorpresa también para los productores que vieron como la película recaudaba casi siete veces su presupuesto inicial. A partir de entonces comenzaron las miles de teorías de los fans, las cuestiones sobre el origen del monstruo y la ilusión por la posible continuación de la trama que no llegaría hasta marzo de 2016 con '10 Cloverfield Lane' (2016), una interesantísima propuesta de thriller psicológico que, no obstante, seguía sin resolver muchas dudas y no llegaría a considerarse una secuela de la cinta original. Aún así, y visto el éxito de ambas películas, el público siguió especulando sobre la historia y esperando otra entrega que aclarase las cosas, llegando así al caos que supone para los fans y que propone 'The Cloverfield Paradox'.
Por si no fuera poco para aquellos que intentaban conectar las películas y entender el universo Cloverfield, esta tercera entrega nos adentra al maravilloso y complicado mundo de las brechas espacio-temporales. La "paradoja" que narran Julius Onah y Oren Uziel, responsables de esta historia, se basa en la colisión interdimensional, tan ficticio como científico, según cómo lo quieras tú ver. En resumen, un problemón que es consecuencia de una importantísima misión espacial donde está en juego la supervivencia de la humanidad. Y toda esta vital e intrigante hipótesis ¿para qué?, pues para contarnos algo sin pies ni cabeza, para meternos un batiburrillo de cosas inexplicables aunque, eso sí, un tanto entretenidas. Hay un clímax en la película que está dirigida esencialmente a divertir al espectador, a que no se aburra. Y en cierto modo lo consigue.
Los protagonistas de 'The Cloverfield Paradox' son algo estridentes y a la vez soporíferos. Conocemos algo más a la comandante Hamilton, interpretada por Gugu Mbatha-Raw (Black Mirror: San Junipero, 2016), pero los demás tripulantes de la estación son puras caricaturas, clichés de las típicas películas sobre viajes espaciales que estamos hartos de ver todos los años. A pesar de las bruscas circunstancias en las que se encuentran alguno de ellos, no creo que vayas a sentir algún tipo de emoción al respecto. Problema de casting o no, los personajes van pasando por la pantalla sin pena ni gloria, y lo único que te preocupará será que haya un buen colofón final (algo que dejo al gusto de cada persona).
'The Cloverfield Paradox' se disfruta. En un sofá, con palomitas y las piernas bien estiradas... es lo que toca, pues si J. J Abrams o quién sea a decidido que sea así habrá que aceptarlo. Él nos brindó esta historia de monstruos y paradojas, él nos lleva por situaciones límites que el espectador debería agradecer. Para los que se hayan tomado en serio este universo monstruoso decir que solo hay que observar la evolución de otras sagas y franquicias para ver que tampoco es tan grave en comparación.
Lo mejor: Que el señor Abrams nos regale este entretenimiento de sábado peli + manta.
Lo peor: Que seas muy fan y te creas que vas a ver un peliculón.
Valoración: 6/10
Tráiler:
Mejor o igual que: Cloverfield (Monstruoso) (2008).
Peor que: 10 Cloverfield Lane (2016)
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