De todo el repertorio que hay en un año de cine independiente en el mundo siempre quedan pequeñas grandes obras que merecen salir a la luz. 'Leave no trace', de la directora Debra Granik, no ha dejado apenas rastro (al menos de momento) en España, pero tampoco parece haberlo hecho en su propio país. Por algún motivo que desconozco esta película dirigida por una mujer, con un casting interesante y un guion conmovedor, no ha obtenido ninguna nominación a los Oscars.
Quizás no fuese el momento para estrenarla. Debra Granik ya había sido reconocida por la Academia con un drama parecido en 'Winter's Bone' (2010), en parte gracias a Jennifer Lawrence, y 'Captain Fantastic' (2016) e 'Into the Wild' (2007), las grandes obras actuales de este género de naturaleza, también se ganaron un puesto en las butacas del gran teatro de Hollywood. Y aún con todo esto 'Leave no trace' me parece mejor en algunos aspectos.
En esta historia donde padre e hija (sobre)viven en la naturaleza, lejos del convencionalismo social de la ciudad, el punto de vista que domina el interés del espectador está en el de la hija. La figura paterna, interpretada por un infravalorado Ben Foster ('Hell or High Water', 2016), carece de cualquier símbolo de protección, consecución o instrucción hacia su hija o la vida en general. Es la pequeña Tom, Thomasin McKenzie en la vida real, quien lleva las riendas de un carruaje que no tiene rumbo alguno.
Si nos ponemos en la piel de ella podemos sentir esa angustia de no saber entrar en la cabeza de su padre. Te preocupa y te desespera y de un momento a otro estás en el mismo proceso de asimilación y sufrimiento por las zarzas que hay en el camino tortuoso que es la vida. Tom, además, está viendo las cosas que se está perdiendo por estar con su trastornado pero querido padre, por lo que el quebradero de cabeza va en aumento.
Los silencios, las miradas... me parecen increíbles. Se disfrutan por lo que significan. Igual de exquisitos son los simbolismos, como la metáfora del panal de abejas con la integración en la comunidad. Tal vez una mejor fotografía, aprovechando las fantásticas localizaciones, o una técnica visual más atrevida habría sumado muchos puntos a esta maravillosa cinta.
'No dejes rastro' no va a la lágrima fácil, casi no te das cuenta de lo dura que es a veces, pero creo que lo interesante es que este planteamiento tan inhumano a veces y tan lejos de nuestro razonamiento vuelva a replantearte algunas dudas en tu cabeza.
'No dejes rastro' está bajo demanda en Movistar +.
Lo mejor: No hay saña por el dramatismo. El punto de vista de la niña te sobrecoge.
Lo peor: Falta más sangre en las venas. Algo falla en la dirección de arte.
Valoración: 7/10
Tráiler:
Te gustará si viste: 'Captain Fantastic' (2016) o 'Hacia rutas salvajes' (2007)
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