Canto a la vida
el que nos propone Hayao Miyazaki en la que será su última película como
director. Para quien no lo conozca, es conocido por obras tan famosas como La princesa Mononoke o El
viaje de Chihiro. No obstante, esta obra no es de lo mejor que ha realizado
en su vida como director, a pesar de que no deja de ser una gran obra nominada
incluso a los Oscar a mejor película de animación.
Visto en la red
"Sin poseer la lírica desatada y cautiva de sus mejores trabajos, la película se ofrece sin embargo como un perfecto, agónico y doloroso resumen de, quizá, una vida entera entregada a hacer desaparecer la pantalla de los cines; a empapar la realidad con el veneno del deseo."
"Quizá sea la más contenida y antiespectacular de las películas [de Miyazaki] (...) El director logra hacer palpable lo invisible (...) un hondo melodrama de la resignación"
"Un testamento en el que uno echa en falta un corazón dramático menos confuso (...) Miyazaki no se atreve a preservar el recuerdo de la destrucción colectiva y lo disuelve en el dolor personal [del protagonista]”
"Es una película monumental y deslumbrante (...) Bella y escrita con mimo (...) regala una inolvidable historia de amor”
"El maestro Miyazaki se despide del cine por todo lo alto”
Personajes
Este
film nos introduce en una atmósfera onírica, en el cual nuestro personaje, Jiro Horikoshi, sueña con ser
ingeniero aeronáutico y no va a haber nada que se lo impida. Mientras duerme,
se encuentra soñando junto a Caproni,
un ingeniero aeronáutico muy conocido que le anima a cumplir sus metas, a no rendirse
nunca y a luchar por lo que más desea.
La
película está llena de altibajos; tiene momentos magistrales como es el caso en
el que están en el tren y se produce un terremoto, pero también hay momentos
que cabría obviar como es la relación con la que será su esposa. Este debate
interno entre su pasión por el trabajo y el amor hacia Nahoko Satomi será el que haga casi imposible que
estén uno al lado del otro.
Guion
En
cuanto al guion, pocas quejas podemos encontrar. Hay momentos en los que no
hace falta hablar, el simple hecho de que se nos muestren las imágenes en
pantalla son más que suficientes para poder adentrarnos en la aventura de Jiro.
Además, no hay conversaciones que no sean importantes, es decir, son diálogos
necesarios para darle continuidad a la historia y no para explicarnos algo que
ya se sobreentiende (algo que el espectador siempre agradece).
Sonido
Haciendo
referencia al sonido, podemos decir que tiene una gran fuerza en la película;
su banda sonora es fácilmente reconocible en los momentos más determinantes del
film. No obstante, está muy bien trabajado en las ocasiones donde, a pesar de
no afectar, psicológicamente, tanto al personaje, son esos momentos donde
sobran las palabras y ya la música crea la atmósfera que nos invade y que hace
que casi pertenezcamos al propio film.
Conclusión
En conclusión,
esta última obra de Miyazaki nos regala una unión entre el mundo real y el
mundo onírico que nos puede hacer reflexionar sobre la búsqueda por cumplir los
sueños, sobre la vida y la muerte. Este largometraje, a pesar de no ser la
mejor de toda su colección, deja a la animación japonesa, al igual que los
aviones de Jiro, en lo más alto.
Dicen que las
palabras se las lleva el viento y, en ocasiones, esta obra me ha dejado sin
palabras.
Daniel Descalzo
Sinopsis
Jiro, que sueña con volar y diseñar hermosos aviones,
se inspira en el famoso diseñador aeronáutico italiano Caproni. Corto de vista
desde niño y por ello incapaz de volar, se une a la división aeronáutica de una
compañía de ingeniería en 1927. Su genio pronto es reconocido y se convierte en
uno de los más prestigiosos diseñadores aeronáuticos. Film biográfico que
recrea hechos históricos que marcaron su vida, como el terremoto de Kanto de
1923, la Gran Depresión, la epidemia de tuberculosis y la entrada de Japón en
la Segunda Guerra Mundial.
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