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sábado, 11 de junio de 2016

'13 horas: Los soldados secretos de Bengasi', nietos del Tio Sam

Muchos directores son fáciles de identificar, pues visten sus obras con los mismos tics. Martin Scorsese con sus movimientos de cámara, Steven Spielberg con la figura paterna y Michael Bay aprovecha el caos de los conflictos violentos para tratar el patriotismo. '13 horas: Los soldados secretos de Bengasi' no es ninguna excepción, sino que cumple con la premisa cinematográfica de Bay: redescubrir el heroísmo americano y hacer de la muerte un "bello" acto de patriotismo.


Traslada al espectador a los hechos sucedidos el 11 se setiembre de 2012 en Bengasi, Libia. Un grupo de islamistas radicales decide atentar contra las sede de la embajada americana y la de la CIA, dejando como únicos defensores a un grupo de seis contratistas -Bay esquiva, solo con ellos, presentarlos con el termino mercenarios-. Se vislumbra ya la mano de Bay, pues son americanos los protagonistas y los héroes. Utiliza el mismo vestido que en 'Pearl Harbor' (2001), 'Transformers' (2007) y 'Armageddon' (1998).Unos contratistas que saludan a la muerte por su país mientras esquivan balas a la misma velocidad que las disparan. Violencia, hermandad, orgullo y amor por la familia y el país. '13 horas: Los soldados secretos de Bengasi' es puro Michael Bay dirigiendo con maestría una obra de entretenida acción pero limitada por su discurso que diferencia a héroes y malvados por su nacionalidad. 


Durante dos horas y media aproximadas, Bay nos presenta, a través de seis hombres con la voluntad de luchar por su país, una crítica con carga política. En plena carrera electoral a la presidencia americana se estrena "13 horas: Los soldados secretos de Bengasi" con la crítica de Bay a la gestión del Departamento Exterior de Estado dirigido por Hillary Clinton -rival de Donal Trump- y bajo la presidencia de Barack Obama. Una critica política por la programación del estreno como también por el propio discurso de los personajes y por la 'inoperancia' -asi se presenta en el film- de los departamentos de la CIA y otros servicios americanos que decidieron no actuar. Un discurso que convive con unos personajes forjados por el heroísmo y la ternura de conocer sus familiares más allegados -mujer e hijos-. Acierta de forma espléndida Bay al dotar de humanismo a esos mercenarios armados de muerte, con los relatos breves pero contundentes sobre su yo más personal e interior. Se rompe por momentos la tensión plausible que respira la cinta, en una puesta en escena trabajada, convincente y contundente. Gira toda la acción alrededor de un ambiente que consigue transmitir tensión e inseguridad, llevando todo ello al espectador a un estado de alerta pues, como dice uno de los protagonistas, y en contra del propósito con el que cumple Bay, no se diferencia a los buenos de los malos. 
Ah, se me olvidaba, cómo no, la película termina de vestirse con un plano de la bandera americana. Le faltaba a Michael Bay el último complemento de su película para terminar el 'outfit' con el que salir por la calle.

Lo mejor:  conseguir ser una película entretenida

Lo peor: el habitual y molesto sentimiento patriótico desmesurado

Valoración: 7/10

Pablo Rubio

Trailer


Sinopsis

El 11 de setiembre de 2012 la embajada americana y la sede de la CIA en Bengasi, Libia, fue atacada por un grupo numeroso de islamistas radicales. Las únicas fuerzas americanas de defensa fueron seis mercenarios ex-miembros de las fuerzas especiales americanas.

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