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viernes, 20 de septiembre de 2019

Crítica de 'Ghostland', Pascal Laugier nunca se queda a gusto.

Presentada en un Sitges 2018 bárbaro, donde Gaspar Noé y Panos Cosmatos fueron algunos de los recompensados, el director y guionista francés Pascal Laugier ('Mártires', 2008) estrena ahora en España su nueva y terrorífica película 'Ghostland', con la que afina su mirada sanguinaria y pretende acomodarse en los oscuros altares del género.


El terror a fuego lento puede que te intrigue hasta su esperado y necesitado buen sabor final; puedes espolvorear sustos y angustia invisible o echar pronto al monstruo para que flote por la olla antes incluso de la ebullición, pero el extremo de la escuela de cine francés ha experimentado tanto en esta cocina tenebrosa que es muy difícil saber el exquisito plato que te van a poner.

Pascal Laugier atemoriza a la vez que sorprende con 'Ghostland', su nueva película escrita y dirigida por él. Su receta de terror y slasher huele exquisito desde los primeros diez o veinte minutos de cinta, donde ya nos impacta sin habernos dejado ni pensar en hipótesis que, puedes estar seguro, no vas a adivinar hasta muy avanzada la trama.


Aunque Beth, la protagonista de la obra, magníficamente interpretada tanto por su versión joven (Emilia Jones) como por su adulta (Crystal Reed), esté obsesionada con H. P. Lovecraft, la película y su historia me rememora más a un devoto de Stephen King. Aquí los monstruos no vienen de mitos o de las profundidades, vienen de una camioneta de helados y acechan casas desde puertas y ventanas físicas. Pero 'Ghostland', sin embargo, sí tiene algo fantasmal en su desarrollo que te sobrecoge cuando no lo esperas.

No son los jumpscares, innecesarios y, aun así, podría decirse que insuficientes, si no el tremendo giro de guion en el que se basa la historia. Sin destripar nada de la película, es una tragedia que asoma en lo visceral y el espanto del que se presuponía al inicio. Los subgéneros acaban bailando muy pegados en una suerte de narración no lineal y que dota de excelencia meritoria para el trabajo de guion.


Además del interesante argumento de la cinta y el buen casting es meritorio el esfuerzo en maquillaje (asombrosa la desfigurada Taylor Hickson), la fotografía y la escenografía (bien planteada la  perturbada simbiosis con las muñecas) y el sonido (además de la banda sonora, muy importante para que el inquietante género funcione).

A Pascal Laugier solo le falta un punto más de elegancia en la puesta en escena y algo más de tiempo para desarrollar tanto los temas morales como los traumatizados personajes para ser un auténtico chef del terror y de lo incómodo.


Lo mejor: Que no te la esperas. Laugier vuelve a por todas.

Lo peor: Algo irregular en la intensidad de la propuesta. Falta maestría.

Nota final: 8/10


Tráiler:



Te gustará si viste: 'Mártires' (2008), la película que dio a conocer a este director brutal.

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