'Playtime' es la película cumbre de Jacques Tati, director y actor francés que proviene del espectáculo de variedades donde se encargaba de actuaciones conocidas como "Impresiones deportivas" y desde donde dio el salto a la realización. Después de convertirse en un referente de la comedia con sus primeras obras, especialmente en Francia, en 1967 realiza esta obra maestra del ingenio, 'Playtime'.
La película no tiene un argumento profundo ni desarrollado, tan solo se trata de un grupo de turistas americanas que hacen un viaje por Europa y que, junto a Monsieur Hulot (Jacques Tati), interactúan con el espacio que las rodea. Sin embargo, es completamente sorprendente y novedosa e, incluso para nuestra época, Jacques Tati se toma esta película como un juego de niños e interacciona con todos los elementos que tiene al alcance de su mano para hacer comedia. No una comedia clásica como la que nos tenían acostumbrados Charles Chaplin ('Luces de la ciudad', 1931) o Buster Keaton ('El navegante', 1924), sino más bien se trata de una comedia de ingenio y asombro, donde el espacio arquitectónico y el sonido van a ser elementos claves para sus gags.
A pesar de que hay diálogos y efectos sonoros, en ocasiones da la impresión de que estamos ante una slapstick muda. Esto es debido a que los diálogos no narran absolutamente nada, son insustanciales, como si se tratara de simples elementos decorativos, incluso hay momentos en los que los personajes se acercan más al balbuceo que a una conversación con sentido. A pesar de este recurso, el sonido se va a convertir en un protagonista dentro de las películas de Jacques Tati, y más concretamente en 'Playtime'. Puertas insonoras, cojines con ruidos estruendoso o el claqueteo de una persona aproximándose a pasos pequeños, un uso extraordinario del sonido diegético pero también extradiegético, ya que en muchas ocasiones dobla los sonidos de los elementos para alterarlos y producir así ese efecto cómico.
Otra de las características de Jacques Tati es su visión, sin duda una manera de ver el mundo distinta, casi como la de un niño que mira con decoro el mundo que le rodea, donde todos los elementos arquitectónicos se convierten en algo que nunca antes el espectador hubiera imaginado. Hay una escena en la que se observa especialmente este uso: se trata de la escena en la que la ciudad parece convertirse en una feria, con su montaña rusa, su noria e incluso su tiovivo. Además, con el posicionamiento de la cámara y jugando con las diferentes perspectivas consigue imágenes realmente inteligentes de las que saca un sinfín de gags.
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