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martes, 1 de marzo de 2016

Deadpool: heroicas gamberradas

Después de una bestial campaña publicitaria, un sinfín de tráilers, carteles y spots, el 19 de febrero llegó a los cines ‘Deadpool’, una apuesta algo inusual, pero enormemente efectiva.



Atravesamos una época en la que las películas de superhéroes se han convertido en una moda, con un boom de filmes reventando las taquillas de los cines prácticamente todos los meses, pues a día de hoy son muy efectivas, funcionan muy bien, y las productoras no dudan en rescatar cualquier cómic o a cualquier personaje, ya sea mundialmente reconocido o solo entre aquellos que estén más familiarizados con esos universos, para dedicarles sus propias adaptaciones y así llenarse un poco más los bolsillos; nadie les culpa, pues como veníamos diciendo, son una apuesta segura y suelen gustar mucho.



Lo inusual de esta cinta es que arriesgaron con cabeza para dar al público algo auténtico, crudo y explícito, y es por ello que en EEUU la película se llevó la temida clasificación R, algo que suele echar para atrás a la mayoría de productoras, pues supone un disparo a sus estadísticas y previsiones; puede suponerles una gran pérdida monetaria y hacer pedazos su inversión, pero en este caso, sabían que la cosa funcionaría igualmente, y el público lo ha agradecido con creces.

Nada de lenguaje suavizado, nada de giros de cámara para evitar mostrar detalles escabrosos, no. Queremos disparos, explosiones, sangre a raudales, cabezas que salen volando, y mucho, mucho humor negro, del fuerte, acompañado de un lenguaje soez y vulgar para crear un conglomerado que posee una escena tras otra de animaladas verbales y visuales para arrancarnos carcajadas y darnos algo que, al menos en el mundo de los superhéroes, nunca habíamos visto. Burlas, críticas e insultos dedicados prácticamente a todo lo que podían ser lanzados. Todos se ven salpicados por la afilada lengua de Deadpool, y los que no, por la sangre de sus enemigos al ser rebanados con sus espadas.



Otra sorpresa menor, algo que en parte se veía venir, es que Ryan Reynolds, un actor que nunca ha destacado, ha hecho el papel de su carrera –sí, hasta el propio Deadpool se mete con el actor tras la máscara que lo encarna, como decíamos, aquí nadie se libra–. La película dirigida por Tim Miller no es en absoluto una obra maestra, para nada, pero la gracia está en que tampoco pretendía serlo, y así consigue ser precisamente lo que se proponía, dando de lleno en el clavo. La prueba es la alta calificación que ha obtenido en los distintos sitios web de cine más destacados, para tratar sobre un superhéroe para muchos desconocido y siendo además una comedia ultra violenta, y la buena acogida que ha tenido tanto para la crítica como para el público; pocos son los que querían perderse el espectáculo.

No destacaremos aquí ni una dirección extraordinaria ni una fotografía apabullante, tan solo una anormal y grata interpretación y unos espectaculares aspectos técnicos al servicio de una trama bizarra y grotesca (en el buen sentido).



Una película que ha dado una gran oportunidad a un flojo Reynolds, alguien que contaba, a pesar de su fama, con una filmografía de lo más “normalilla”, por no decir otra cosa, y que ahora tiene la opción de subir unos cuantos peldaños, pues Deadpool tendrá secuela, en la que podrá volver a acaparar el protagonismo y captar toda nuestra atención haciendo de las suyas, y no sería de extrañar que tuviera que encarnar al personaje también en la cinta de otra franquicia, pues esta está considerada un spin–off de la franquicia X–Men.

El fiero duelo entre Marvel y DC continuará durante años, pero en esta ocasión han podido dejar a un lado toda la heroicidad desplegada en otras cintas para simplemente disfrutar de las gamberradas de un cómico demente.

Lo mejor: el humor que desprende, su espectacularidad, y el no pretender ser más de lo que es.

Lo peor: la efectividad de los constantes chistes puede llegar a ser limitado.

Valoración: 8 / 10


Trailer:


Sinopsis:

Basado en el anti-héroe menos convencional de la Marvel, Deadpool narra el origen de un ex-operativo de la fuerzas especiales llamado Wade Wilson, reconvertido a mercenario, y que tras ser sometido a un cruel experimento adquiere poderes de curación rápida, adoptando Wade entonces el alter ego de Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades y un oscuro y retorcido sentido del humor, Deadpool intentará dar caza al hombre que casi destruye su vida.

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