Antes de nada, advertir que 'Funny Games' es una película con un carácter tan provocador y agresivo que puede producirnos rechazo o incluso hacernos sentir ofendidos. Y lo cierto es que ésta es una de las características que la hace tan especial, su tono transgresor, sus groseros diálogos o sus largos y estáticos planos generales con los que crea un espacio único y rompedor.
Incluso en algún momento se nos hace partícipes de ese violento juego al que juegan los protagonistas. ¿Que cómo lo hacen? Fácil, rompiendo la cuarta barrera: los personajes se dirigen a la cámara y preguntan al espectador, le contestan o incluso le guiñan un ojo, como si de una obra de teatro se tratara.
El autor de esta obra es Michael Haneke, un director y guionista austriaco que busca agitar al espectador a través de sus turbadoras historias. En 'Funny Games', el director lleva al espectador al límite, obligándole no sólo a presenciar, sino también a participar, en una de las invasiones del hogar más violentas. Y lo hace de la mejor manera posible, como si nos llevara de la mano. El director crea un ambiente de tensión que va in crescendo y del que no vas a poder escapar porque ya te tiene atrapado en eso a lo que el protagonista llama entretenimiento.
Posiblemente, esta ruptura con lo establecido y esta brutal violencia sean al mismo tiempo el talón de Aquiles de la cinta y su piedra angular. Precisamente por esto, muchos la detestarán, pero otros tantos la catalogarán como excelente muestra de talento y una obra de culto cinematográfica.
Guste o no, lo que es seguro es que nos incita a comentarla, así como a interrogarnos con todo tipo de preguntas después de ver su final.
Guste o no, lo que es seguro es que nos incita a comentarla, así como a interrogarnos con todo tipo de preguntas después de ver su final.
No contento con todo el alboroto creado con esta película, Michael Haneke, creó un remake en inglés, toma por toma, con Naomi Watts como protagonista en 2008. Tan solo un año después, el director ganaría la Palma de Oro en el festival de Cannes por su película 'La cinta blanca' (2009).
Aunque el sadismo que se muestra en la cinta y su tema nos pueden parecer novedosos, lo cierto es que ya pudimos ver algo similar en 'La naranja mecánica' (1971), con la diferencia de que, en este caso, el joven agresor nos hace sentir que somos victimas y cómplices por igual, hasta el punto de querer matarlo con nuestras propias manos.
Aunque en alguna escena podríamos pensar que hay una cierta crítica a la gran cantidad de tiempo que pasamos frente a la televisión o una especie de lección educativa de lo horrible que es la violencia, lo cierto es que esos aspectos son tan sutiles que la única moraleja que se nos queda es que somos seres con una naturaleza primitiva que se entretiene viendo violencia gratuita.
Para poder causar tal impacto es necesario tener unas interpretaciones de infarto, y es que así es como se han debido de sentir los actores de la cinta, a punto de darles una embolia, por toda la emoción y perturbación que transmiten. Ulrich Mühe, Arno Frisch, Frank Giering o Susanne Lothar son responsables de todo este desasosiego. Unas actuaciones dignas de todo tipo de alabanzas, aunque destaca considerablemente la de Susanne Lothar, que sin palabra alguna puede transmitir todo su dolor.
Lo mejor: La sensación de destrozo que te deja en el cuerpo.
Lo pero: Esa misma sensación de destrozo que te deja en el cuerpo.
Valoración: 8'5/10
Cristian Fuster
Tráiler:
Aunque el sadismo que se muestra en la cinta y su tema nos pueden parecer novedosos, lo cierto es que ya pudimos ver algo similar en 'La naranja mecánica' (1971), con la diferencia de que, en este caso, el joven agresor nos hace sentir que somos victimas y cómplices por igual, hasta el punto de querer matarlo con nuestras propias manos.
Aunque en alguna escena podríamos pensar que hay una cierta crítica a la gran cantidad de tiempo que pasamos frente a la televisión o una especie de lección educativa de lo horrible que es la violencia, lo cierto es que esos aspectos son tan sutiles que la única moraleja que se nos queda es que somos seres con una naturaleza primitiva que se entretiene viendo violencia gratuita.
Para poder causar tal impacto es necesario tener unas interpretaciones de infarto, y es que así es como se han debido de sentir los actores de la cinta, a punto de darles una embolia, por toda la emoción y perturbación que transmiten. Ulrich Mühe, Arno Frisch, Frank Giering o Susanne Lothar son responsables de todo este desasosiego. Unas actuaciones dignas de todo tipo de alabanzas, aunque destaca considerablemente la de Susanne Lothar, que sin palabra alguna puede transmitir todo su dolor.
Lo mejor: La sensación de destrozo que te deja en el cuerpo.
Lo pero: Esa misma sensación de destrozo que te deja en el cuerpo.
Valoración: 8'5/10
Cristian Fuster
Tráiler:
Sinopsis:
Anna, George y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas han quedado antes para jugar al golf. Mientras que padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para que le presten unos huevos porque a Eva no le queda ninguno. Anna se pregunta cómo ha podido entrar en la casa, y el joven le explica que Freud le ha enseñado un agujero que hay en la acera.
Lo que más me gustó, es que el director consiguió crear esa sensación de no poder escapar por mucho que lo intentes. Buena película.
ResponderEliminarAsí es, aunque deseara apagar la película me era imposible dejar de mirar tanta crueldad. Gracias por comentar, me alegra que te gustará la película.
EliminarNo la he visto, pero te garantizo que me has despertado totalmente la curiosidad. La buscaré.
ResponderEliminarJoan, mantenme al tanto de que te parece cuando la veas, pero ya te digo, desde ´la naranja mecánica' que no veía algo así. Un saludo.
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