Hace ya 18 años que se estrenó la ópera prima de ese cineasta de autor llamado Guy Ritchie. La conducta inmoral de todos sus personajes, la agresividad irracional y las desgraciadas (y divertidísimas) coincidencias son el sello de identidad de la enredada mente de este británico cuarentón, uno de los autores más frescos e ingeniosos del panorama europeo del cine actual.
Sus películas son puro entretenimiento, posiblemente diversión irrelevante, pero las imágenes, los personajes (granujas, delicuentes, matones a sueldo...), se quedan en la retina de sus espectadores, bien sean admiradores o detractores. Ya pasó con el éxito que supusieron sus dos entregas de Sherlock Holmes, en las que convierte a los clásicos personajes de Conan Doyle en rufianes empedernidos (encabezados por el mayor rufián de Hollywood, Robert Downey Jr.) y crea un universo de detectives basado en los golpes, los cambios de velocidad y las sorpresas de última hora, en la segunda, mucho más floja que su predecesora, sin encontrar el freno en este aspecto. Más recientemente, también ha sido aplaudida su capacidad de convertir un blockbuster como 'Operación U.N.C.L.E' (2015) en una convincente película de acción.
Pero si por algo es conocido Ritchie es por ese mundo 'gangsteril' de peleas, tiroteos y robo; el mundo que hizo tan conocida y alabada a 'Snatch. Cerdos y diamantes' (2000), y, posteriormente, tras su bache de remakes con Madonna, 'RocknRolla' (2008). No obstante, es su primer largometraje el mejor: por originalidad y guión, por cometer menos excesos, por ser la piedra sobre la que edificaría sus siguientes dos exitazos. 'Lock & Stock' (1998) es el origen de este peculiar cine.
La pantalla invadida de tonos amarillentos ya nos hace pensar en algo enfermizo, intoxicado. La primera escena, Jason Statham vendiendo en la calle bisutería sin esconder en absoluto que la ha obtenido por medios ilícitos, nos confirma la teoría. Todos los personajes de la película responden al mismo patrón: buscan dinero por cualquier medio, no les frena ningún impedimento legal o moral. Posiblemente la única excepción sea Big Chris, interpretado por el ex-futbolista Vinnie Jones en su debut en el cine, que siente por Little Chris más afecto que por cualquier cosa en el mundo. Sin embargo, su profesión y sus métodos (similares a los que acostumbraba a demostrar en los terrenos de juego) contrarrestan este amor paternal, la consecuencia es la falta de empatía que siente el espectador hacia la panda de granujas que protagonizan los hechos.
Por tanto, puedes sentarte enfrente de la pantalla sin preocuparte por quien vaya a caer, la indiferencia es en cierta medida uno de los valores que transmite la película. Por otro lado, Guy Ritchie no tiene reparos en meter a tres personajes de la clase de Keyser Soze o Marsellus Wallace. Si ve necesario meter a varios villanos terribles capaces de lo peor, no le tiembla el pulso, el objetivo es la mayor violencia gratuita posible, sentir asco por los torturadores mientras no podemos dejar de mirar a la pantalla con media sonrisa aflorando por la comisura de los labios.
De hecho, la película suscita un debate interesante, ¿cómo puede ser que nos sintamos cómodos ante tanta violencia?¿Que sea una película tan divertida una historia que se basa en los robos, las artimañas y los asaltos a mano armada? Tal vez sea porque la película es mucho más que eso: un guion la mar de ingenioso, acción ininterrumpida acompañada de cambios de velocidad, prodigiosas técnicas audiovisuales... A algunos les recuerda al cine de mafiosos italo-americanos, o incluso a las cintas de Quentin Tarantino, pero no tiene la solemnidad del primer género, ni la complejidad de los personajes del loco de Knoxville; a mi me recuerda más al nihilismo de 'Trainspotting', porque seduce y repugna a la vez, pero en una medida muy inferior a la dureza de sus imágenes. Sólo los ingleses deben de saber hacer eso.
También ayuda el reparto, no falta ninguno de esos actores que parecen sacados de una panda callejera, empezando por Jason Flemyng y pasando por Nick Moran, Jason Statham, Frank Harper, Dexter Fletcher o el propio Vinnie Jones. O incluso otros más intimidatorios como los ex-boxeadores Lenny McLean y P.H. Moriarty.
La ocurrencia del director británico genera una trama impredecible de historias cruzadas, encuentros fortuitos y esas vueltas de tuerca que tanto le gustan a él y sus seguidores. El resultado es una película graciosa e inmadura, original y grosera, una curiosa joya envuelta en papel de lija. No apta para intolerantes a la brutalidad irreal (o puede que no tanto), a la violencia desmesurada y al vacío ético; pero muy recomendable para los amantes del humor negro y el desenfreno.
Y atención, no hay que perder de vista a Guy Ritchie, que el año que viene estrena nuevo contenido, otra película de acción que nos presenta a un rey Arturo callejero, propio del bueno de Guy.
Lo mejor: La originalidad, el fresco humor negro, la divertida acción.
Lo peor: Que la gente imite a los personajes en sus casas.
Valoración: 8/10
Javier Haya
Tráiler
Sinopsis
Eddie convence a tres amigos para jugarse sus ahorros en una partida de cartas contra Harry el Hacha, un mafioso del barrio. La partida está amañada, y Eddie no sólo pierde todo el dinero sino que contrae una deuda de medio millón de libras, que debe pagar en el plazo de una semana. El mafioso pretende quedarse con el local de su padre para resarcirse de la deuda, pero los cuatro amigos planean saldarla de una forma mucho más arriesgada.
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ResponderEliminarNo se por qué un día acabe viendo Snatch. Cerdos y diamantes pero nada más terminarla me la guarde como una película realmente entretenida y de un humor que me encanta. La tenía en mucha estima vaya.
ResponderEliminarEntonces es cuando me entero que hay una película del mismo palo que dicen que esta incluso mejor, las expectativas se pusieron altas y la verdad no defraudo. He de decir que vi esta película comparándola inevitablemente con la siguiente película.
Un gusto poder volver a leer una crítica del señor Haya después de haber visto la película para apreciar todos los detalles que a mis ojos se les escaparon.
A Javier no le falta razón cuando dice que el director nos muestra una Inglaterra enfermiza, y esto es algo que me gusta porque yo creo que toda la sociedad occidental se encuentra así. No estamos acostumbrados a que nos lo enseñen y obviamente esta exagerado pero el deseo de dinero por encima de todo y la violencia como algo cotidiano no es algo muy lejano en nuestras vidas…
Fuera del mensaje, para mi muy pesimista es una de las que más he disfrutado riéndome. No te prometo una carcajada, pero si una hora y tres cuartos con una sonrisa que no le da tiempo a irse.
Señor Curtis, creo que coincidimos en bastantes aspectos de la película. Es imposible no comparar las dos películas porque el director aprovecha el éxito de la primera para, mediante un para de retoques y cambios argumentales, hacer una película menos original pero igual de entretenida.
ResponderEliminarMuy agradecido de que comentes mis críticas, cuando lo desee quedamos y nos conocemos, ¿una partida de póker? ¿50.000 euros de entrada? Ya me dice.