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lunes, 27 de junio de 2016

'Crimen perfecto', la importancia de los pequeños detalles

Hace 50 años que François Traffaut escribió 'El cine según Hitchcock', libro que sería fruto de una reunión en la que el joven cineasta francés entrevistó al hombre que consideraba uno de los mejores directores de cine del mundo. Esos días de conversaciones y confesiones se plasmaron en unas páginas que se han convertido, con el tiempo, en un hito de la literatura sobre cine. Este año, el documentalista Kent Jones ha adaptado el libro a la gran pantalla con imágenes de archivo y entrevistas de laureados directores actuales.

El festival Cinema Jove de Valencia tampoco ha querido ignorar este aniversario y le ha dedicado un ciclo de cine esta semana (del 17 al 24 de junio) a estos dos grandes cineastas, proyectando cada noche películas en el Jardín de Viveros. Os traigo la crítica de una de las películas que se han podido disfrutar sobre el genio de Leytonstone: 'Crimen Perfecto'.

Si existe o no el crimen perfecto es un asunto que debió de privarle del sueño en más de una ocasión a Alfred Hitchcock. No se explicaría si no que lo tocase tan a fondo en algunas de sus películas más alabadas como son 'La soga' (1948) 'Crimen perfecto' (1954). En esta última cinta realiza una deconstrucción extenuante de un asesinato: Tony (Ray Milland) es un ex-tenista casado con Margot (Grace Kelly), ella le engaña y él lo sabe, y por eso decide contactar con un antiguo compañero de dudosa moral para quitársela de en medio.

Hitch opta en esta ocasión por una puesta en escena muy teatral, casi el 90% de la acción se desarrolla en la misma habitación, que sin embargo se nos muestra de forma detallista desde múltiples ángulos y con distintas lentes. El predominio de una cámara a altura baja aporta mayor profundidad a la habitación y también más estabilidad. Es otra demostración más del dominio cinematográfico del maestro del suspense, capaz de crear una atmósfera agobiante, de contar una historia entretenida con recursos limitados.

Ni el guión ni la trama son especialmente buenos, como suele ocurrir con las películas de Hitchcock, quizás demasiado rebuscados, demasiado inverosímiles. Aunque muchas veces la realidad le da una lección de humildad a la ficción, y podría ser éste un caso. Los personajes masculinos son demasiado astutos, capaces de planear todo hasta el más mínimo detalle, de encontrar excusas al instante, de sortear los imprevistos conforme aparecen... Y después de desmantelarlo todo paso por paso, a la perfección, sin explicación ni aviso previo, parecen seres omniscientes: primero Tony; luego el amante de Margot, Mark (Robert Cummings); y por último el inspector Hubband (John Williams).


Si el trío de personajes masculinos hacen avanzar hacia el desenlace de una forma ágil aunque impostada, Grace Kelly está mas natural y bella en el papel de ingenua adúltera; ofrece un contrapunto interesante junto al atormentado Charles Swann (Anthony Dawson). El technicolor es otro gran acierto, le proporciona un brillo precioso, sobre todo en el azul de los ojos de Margot.

La película cae, como es obvio, en los fangos de la moralidad: la justicia debe salir ganando, los malos merecen castigo... Es la máxima del Hollywood de la autocensura de esa época, el espectador sabe que Hitch no tiene más remedio que aceptarla y que no es reacio a hacerlo, aunque provoque al principio a Hays y compañía con esos besos entre Margot y Mark algo más largos de lo prudencial. A pesar del final en gran medida esperado, 'Crimen perfecto' es muy divertida. Poco importan los primeros planos que nos anticipan detalles fundamentales para la resolución del conflicto, la conversación y la acción son muy dinámicas. Al final resulta que el misterio no es sino un juego en el que el espectador forma parte de su resolución.

Actualmente, a Hitchcock se le permiten mil licencias que en sus tiempos la crítica le rechazaban: las trampas con la luz, la configuración exagerada de los personajes, la distorsión de la realidad... Se ha convertido en uno de los genios de primerísima división del séptimo arte cuando antes era poco más que un bufón de las masas, el encargado de divertir a miles de ciudadanos americanos y europeos que buscaban evasión en las salas de cine. Los críticos de Cahiers du Cinéma lo reivindicaron al comienzo de los 60, le dieron prestigio y lo calificaron de cineasta sin igual.

A mi parecer no merece ser ninguneado, ni sacrilizado. Alfred Hitchcock es un gran realizador de películas, uno de los mayores directores de suspense de la historia, perfeccionista e innovador en el plano técnico; aunque algo más despistado en cuanto a la profundidad temática de sus historias. En todo caso, entretener es una función muy compleja, y Hitch entretiene como pocos: 'Crimen perfecto' es un gran ejemplo.

Lo mejor: El carácter teatral tan dotado de intriga.
Lo peor: La increíble habilidad de los personajes.

Valoración: 7/10

Javier Haya

Tráiler



Sinopsis

Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo camarada del ejército y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer.

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