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martes, 19 de julio de 2016

'Escondidos en Brujas', el cuento de las hadas huidizas

La niebla, los puertas góticas, los cisnes, los enanos y las brujas que se esconden bajo los puentes de los canales conforman el atrezo de este tercio parodia de película de gángsters, tercio comedia negra y mitad drama existencial, que tiene como escenario la ciudad de cuento de hadas llamada Brujas -para en Bélgica y, por cierto, me pareció más bonita a través de la fotografía de Eigil Bryld que bajo el sofocante calor de julio, así que tendré que visitarla en febrero o noviembre, con menos sol y turistas-.

La primera incursión del dramaturgo Martin McDonagh en los largometrajes cinematográficos se convirtió pronto en una pequeña película de culto. La película parte del funesto error de un inexperimentado asesino en serie (Collin Farrel) que le obliga a huir a Brujas acompañado de su colega Ken (Brendan Glesson). La causa de este indeseado viaje  radica en el mandato realizado por el jefe de ambos, un gángster británico conocido con el peculiar nombre de Harry (Ralph Fiennes), cuya histriónica aparición en la parte final de la obra será determinante.

Martin McDonagh traslada su estilo irreverente, violento y desenfrenado de los escenarios a la gran pantalla. La cinta está inundada de jerga londinense, tacos e insultos, crudísimo humor negro y bastante violencia; aunque, todo sea dicho, está tan bien utilizada que todos estos elementos se convierten en la esencia de las risas del espectador; no es un humor radicalmente grosero ni denigrante.

Y es que los McDonagh brillan por ese estilo tan propio en el que las preocupaciones existencialistas: la culpa, el pecado, el castigo, el futuro... se mezclan con actos de mucha violencia explícita. Ambos han estrenado hasta la fecha únicamente un par de largos, pero las cuatro películas -tanto 'El irlandés' (2011) y 'Calvary' (2014) de John Mitchell, el mayor de los hermanos, como esta obra y 'Siete psicópatas' (2012), de Martin- se han convertido en cintas muy aplaudidas, suponen pequeñas joyas -exceptuando 'Calvary', que es un diamante de muchos quilates- para aquellos que amamos la irreverencia, los guiones mordaces y las situaciones hilarantes y absurdas al más propio estilo Tarantino. Pero a su vez incluyen una atmósfera de preocupación existencialista, que en esta ocasión flota mezclada con la niebla del cuento de hadas sin hadas que, visto el panorama, volaron lejos, por los menos a Gante.

Puede que las películas de John Mitchell sean más profundas, tanto por la complejidad de los personajes como por la seriedad de la trama. Pero el dramaturgo, con mayor experiencia con la pluma que su hermano, ha sabido crear un universo repleto de psicópatas que atrae al más descerebrado de los adolescentes y al cinéfilo sexagenario a partes iguales. Entre disparos, peinetas y comentarios xenófobos, Martin quiere hacernos ver que no hay mayor castigo que el remordimiento y que perdonar quizás tenga menos daños colaterales que la venganza, que el honor.

Es cierto que en muchas ocasiones toca la autoparodia y eso da lugar a situaciones estúpidas, pero compensa que se le sucedan disparates graciosos y chistes con los que incluso te sabe mal reír a carcajadas. En resumidas cuentas, es un divertimento absoluto con el que únicamente no se lo pasarán bien los políticamente correctos.

Estaremos expectantes frente a los estrenos de estos dos encantadores hermanos. El mayor estrena el año que viene 'War on everyone', una comedia negra sobre dos policías corruptos de Nuevo México. Un poco más tendremos que esperar para ver el próximo thriller de Martin McDonagh, que contará con un reparto de lujo: Frances McDormand, Woody Harrelson o Sam Rockwell entre otros. El Script también cuenta os mantendrá al tanto.

Lo mejor: El funcionario de la torre.

Lo peor: Que a veces trate de resultar patética y sólo consiga ser ridícula.

Valoración: 7/10

Javier Haya

Tráiler


Sinopsis
Tras el fracaso de una operación, dos asesinos a sueldo, Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson), reciben la orden de su jefe Harry (Ralph Fiennes) de abandonar temporalmente Londres y trasladarse durante algún tiempo, hasta que se calmen las cosas, a la ciudad de Brujas, en Bélgica. 

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