Las buenas historias merecen ser contadas al detalle, y la nueva temporada de Fargo no iba a ser para menos. Noah Hawley, creador de este maravilloso spin-off, vuelve a sorprender a sus fans con otro thriller aún más enrevesado e ingenioso que en sus entregas anteriores.
Como en la película original, la serie retoma esa crónica de hechos que comienza con un trágico incidente en la fría y desamparada Minnesota. Otra vez observaremos las desgraciadas decisiones de un miserable protagonista y las de un misterioso villano, y otra vez nos meteremos en la piel de una incansable oficial en busca de la verdad.
Esta vez nos encontramos con algunas novedades, como la integración de dos personajes protagonistas, los hermanos Emmit y Ray Stussy, ambos interpretados por un acertado Ewan McGregor. Esta propuesta duplica la posibilidad de contratiempos, y complica las cosas ante un imperioso villano, VM Varga (David Thelwis), uno de los más terroríficos y enigmáticos (tal vez comparable al Lorne Malvo de Billy Bob Thornton de la primera temporada). Además, Noah Hawley vuelve a apostar (y acierta) por una coprotagonista femenina, Nikki Swango (Mary Elizabeth Winstead), un personaje que se llevará toda la atención en el tramo final de la temporada con alguna que otra sorpresa por el camino. Por último, todo este embrollo deberá investigarlo la oficial Gloria Burgle (Carrie Coon), que será un personaje mucho más trascendental del que se puede imaginar en un principio.
La historia, ni es verídica, ni los eventos retratados tuvieron lugar en Minnesota en 2010, pero Fargo es tan real como cualquier relato negro contado que pueda acontecer una fría noche de invierno a un arrepentido ciudadano normal. Es esta crueldad inesperada la que engancha al espectador, y son sus personajes, comidos por el miedo, lo que te hace querer seguir viendo capítulo tras capítulo. Fargo se agarra a la premisa de "si algo puede salir mal, saldrá incluso peor"; la angustia sana del espectador crecerá según vayan hundiéndose las oportunidades de los protagonistas, sumados a la desesperación. Sigue existiendo esa compasión por la oficial, limitada una vez más por su jefe, ahora con más respuestas que encontrar, mucho más profundas.
El humor negro funciona en ese extraño ambiente de tensión, en esas situaciones cuasi-absurda del pringado hablando con el jefe de una mafia, o en aquellas donde ese burdo acento sale a relucir en los momentos de más nerviosismo. Aunque el contexto empresarial en la que está inspirado pueda sugerir una trama más tediosa, lo cierto es que se llega a disfrutar ese aspecto de la riqueza y su contraste con las formas de vida más humildes como las que presentan los hermanos Stussy.
Fargo es lo que necesita alguien cuando quiere escuchar una historia: que haya violencia, angustia extrema, situaciones improbables, exageradas... Todo ello proyectado con una buena fotografía y acompañada de una banda sonora increíble, de esas que ponen los pelos de punta.
Aún con todo, esta temporada puede no estar a la altura de sus antecesoras, y eso dice mucho de esta serie. Sí, es cierto que la estructura puede estar ya algo agotada y que el drama desfallezca por momentos en sus primeras horas, pero la espera merece la pena, y ver a los personajes sufrir de esa manera es algo que fascina en la recta final de la serie. Ya es tradición emocionarse por ese capítulo final donde estallará el gran bombazo que implique las vidas de los protagonistas.
Lo mejor: Comedia negra impecable, un gustazo para los amantes de la serie.
Lo peor: La fórmula se agota poco a poco.
Nota: 7'5/10
Trailer:
Sinopsis:
Emmit Stussy es un exitoso hombre de negocios con una vida próspera, todo lo contrario a su hermano Ray, un oficial de libertad condicional de vida honesta enamorado de una ex convicta llamada Nikki Swango. La rivalidad de los hermanos Stussy desencadenará una serie de acontecimientos a los que se sumará una peligrosa mafia liderada por el temible V.M. Varga.
Nicolás de Benito
No hay comentarios:
Publicar un comentario