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miércoles, 25 de octubre de 2017

Crítica de 'Blade Runner 2049'; decadencia cyberpunk

A principios de este mes llegó a las carteleras la esperada 'Blade Runner 2049', secuela de la aclamada cinta dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Harrison Ford, estrenada hace más de tres décadas. Algunos tendrían miedo, otros, expectativas muy altas. Sabíamos que Dick Deckard regresaría encarnado por el mismo actor y que la dirección correría a cargo de Dennis Villeneuve, algo que parece ya una garantía, pero aun así no dejaba de ser una apuesta arriesada. A continuación damos un breve repaso a la esperada secuela.

El primer filme era una adaptación parcial de la mítica novela del reconocido escritor de ciencia ficción Philip K. Dick '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' publicada en 1968. En esta ocasión, sin novela de por medio, la historia ha venido de la mano de Hampton Fancher, quien ya escribió el guión de 'Blade Runner' (1982) junto a David Webb Peoples, solo que esta vez ha sido Michael Green quien le ha ayudado con el libreto. Por lo tanto no ocurría como en otros casos de secuelas tardías como 'T2 Trainspotting' (2017), que de nuevo se basaba en una novela. En este caso, uno no sabía qué esperar.


En esta segunda entrega el protagonismo recae sobre K (Ryan Gosling), un replicante de nueva generación que actúa como blade runner retirando a los modelos antiguos y clandestinos, en un mundo en que los replicantes más avanzados, fabricados por Wallace, empresa sucesora de Tyrell Corporation (la que creara a los famosos Nexus 6 de la primera entrega), están integrados en la sociedad. Bajo esta premisa, veremos una trama en la que la investigación y el misterio serán los puntos fuertes narrativos de este thriller que, como su predecesora, está a caballo entre el neo-noir y el cyberpunk.

Sin entrar en más detalles acerca del argumento, para evitar posibles spoilers, cabe destacar ciertos aspectos de la cinta que la relacionan con la original y la llevan más allá. Dejando a un lado el reparto, que, mencionados los actores protagonistas, incluye a Ana de Armas (Joi), Jared Leto (Niander Wallace), Robin Wright (Lieutenant Joshi) y Sylvia Hoeks (Luv) en roles también protagonistas, los puntos fuertes de la película son los que ya vimos en la cinta de los 80. El apartado audiovisual sigue siendo de una factura impecable y es, seguramente, lo más destacable de la película. Tanto la música como la fotografía logran un impacto en el espectador que lo mantiene pegado a la pantalla e inmerso en los bellos fotogramas que la componen, logrando hipnotizarle de manera continuada. Roger Deakins es el responsable, junto con el director, de la mencionada belleza plástica, y el genio Hans ZimmerBenjamin Wallfisch hacen lo propio con la banda sonora.


Pasando por alto la parte más puramente técnica cabe decir que, como algunos críticos y aficionados han apuntado, el guión puede antojarse algo vacío o, incluso, carente de un ritmo más movido que acelere la narración. ¿Puede ser algo negativo? Es posible, pero no en extremo. Si recordamos qué era lo que se nos quería transmitir en la primera entrega, es comprensible que esta secuela siga sus mismos pasos. El ritmo pausado, la primacía de las secuencias y escenas lentas y reflexivas, de admiración y profundización, frente a las de acción, no hacen sino invitarnos al recogimiento, a que nos sumerjamos tanto en el filme como en nuestros pensamientos para, como los propios personajes, meditar acerca de las distintas dimensiones psicológicas y dilemas morales y éticos que plantea la historia. El estado de la sociedad que visualizamos, la hegemonía de una empresa todopoderosa en una sociedad en extremo decadente (que a nadie engañen las luces brillantes, los anuncios a todo color y la extrema conglomeración publicitaria que pretende crear la ilusión de una realidad que no es la que viven los ciudadanos) en la que la pobreza, la dejadez, el abandono y la acumulación de basura están a la orden del día, tal y como sucedía en la primera película. El término 'posmodernidad' vuelve a resonar tan fuertemente como en aquella y hoy, si cabe, puede tener un impacto todavía mayor. Los sentimientos y emociones, el vacío interior y qué significa la palabra 'humanidad' son otros de los temas que Villeneuve nos trae a coalición. Las interpretaciones, la trama, la fotofrafía y la música están de nuevo y totalmente al servicio de estas premisas. Aun así no deja de ser cierto que el guión bien podría haber sido más profundo, elaborado y complejo de lo que es; carencias de importancia que, ya según la opinión de cada uno, no llegan a empeñar el conjunto.


En la trama hay intriga, hay buenos giros de guión, se rescatan importantes preguntas de la cinta original que pueden o no quedar resueltas, y hay claros guiños a la primera entrega que el espectador no pasará por alto. Sin caer en spoilers, diremos que las actuaciones de los actores hacen hincapié en una evolución un tanto irónica o paradójica de los personajes, cuyo juicio residirá en las impresiones que recabe el espectador tras el visionado.

'Blade Runner 2049' es sin duda una digna secuela, una aparentemente salida de la nada pero en la que tanto el director como el resto del equipo han respectado el material original, y quizá aquí radique su éxito a pesar de los defectos. Pese a los cuarenta y cinco minutos adicionales que posee esta segunda entrega respecto a la primera, se ha respetado la estética, el ritmo, el universo planteado y se ha continuado la historia de forma coherente; bazas que quizás sean las más importantes a la hora de alumbrar la continuación de una película de culto.


Para concluir y, como curiosidad, destacar que tanto Villeneuve como el guionista Hampton Fancher revelaron que esperaban que pudiera haber una secuela de esta cinta, la que sería la tercera entrega, y Harrison Ford dijo que, de gustarle el guión, no le importaría volver a interpretar a Deckard. Por el momento solo son rumores, y no nos quedará más que disfrutar de las cintas y los cortometrajes que conforman el material existente.

Lo mejor: el apartado audiovisual, el estilo y la coherencia respecto a la cinta original.

Lo peor: el guión podría haber sido más profundo.

Valoración: 9 / 10

Salva Alberola

Trailer



Mejor (o igual) que: la primera entrega.

Peor que: cintas del mismo director que, sin coincidir en género o estilo, presentaban una mayor profundidad, como 'Prisioneros' (2013).

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