Crítica de 'La forma del agua', la forma del cine de Guillermo del Toro

A poco más de una semana para la 90ª ceremonia de entrega de los Premios Óscar, Guillermo del Toro se ha metido en el bolsillo a los críticos de la academia llevándose nada más y nada menos que 13 nominaciones por su última película. 'La forma del agua' recupera la esencia de la mente soñadora del director mexicano desde su ya clásico 'El laberinto del fauno' (2006) y nos vuelve a introducir en un mundo de fantasía con otro monstruo y otra fábula de pasión y emociones.

Si para muchos el cine es el reflejo de la realidad, habría que decir que el cine de Guillermo del Toro es una realidad particular. Lo que se cuece aquí es la fantasía que borbota de los cuentos y los sueños que salen de la cabeza de este director: sus monstruos-humanos, sus aventuras utópicas, sus extrañas fábulas... 'La forma del agua' es un cuento, y eso es lo primero que deberíamos tener claro antes de verla. La propia película nos advierte en su inicio de lo mismo: ni siquiera una voz en off sabría introducirnos en un cuento que hadas que ocurrió hace mucho tiempo pero donde el recuerdo y su forma siempre permanece.

Ella es la princesa muda (Sally Hawkins), tiene a su mejor amiga y compañera (Octavia Spencer) y a su admirador y amigo (Richard Jenkins). Él es la bestia incomprendida (Doug Jones) que se enamorará de la chica, y por último está el malo malísimo (Michael Shannon) que hará lo posible para que no triunfe el amor. Es el cuento de siempre contado ahora y de una forma exquisita. Guillermo del Toro no se imagina todo esto para que le busquemos los tres pies al gato, lo hace para emocionarnos con sus imágenes, con las mismas ideas locas y extrañas que nos contaban de pequeño cuando una princesa se quedaba con el "monstruo" y no con el "guaperas". 

Si al buen reparto de actrices y actores que clavan su papel en esta aventura le sumamos la magnífica ambientación de escenarios siniestros y música esperanzadora tenemos como resultado una película que va sobre ruedas, impulsada por el corazón y lo que todo él mueve.

Puede que nunca llegues a entender por qué deberías seguir viendo la historia de un humano anfibio amorfo que come huevos duros y se liga a una muchacha normal y corriente, pero entonces deberías preguntarte también por qué ves cine si no es para disfrutar de la narración de unos hechos fantasiosos que, en este caso en particular, te llegan a inquietar solo por sus imágenes ocurrentes. 

'La forma del agua' gustará a los más románticos, a los que quieren empaparse de la magia de lo irreal y los que simplemente disfrutan de la montaña rusa que significa seguir una historia de condolencia y frustración. Para ellos está dirigida el cuento de los marginados, una forma de cine que pocos manejan e imaginan como lo hace Guillermo del Toro.

Lo mejor: La fábula y la ambientación (música y fotografía)

Lo peor: Un cuento de la bella y la bestia que sabrá a poco para la mayoría.

Nota final: 8/10

Nicolás de Benito


Tráiler:


Mejor que: 'La cumbre escarlata' (2015)

Igual que: 'El laberinto del fauno' (2006)