Esta cinta un tanto desconocida, al igual que su predecesora, John Wick (Otro día para matar), bien podría considerarse todo un hito, y el porqué es sumamente sencillo, como repasaremos a continuación. Esto es lo que ocurre cuando se da en el blanco. Para suerte de los pocos (o quizá ya muchos), que disfrutáramos de John Wick en el 2014, este año Keanu Reeves ha vuelto a encarnar al anithéroe, en el que tal vez sea su papel más característico desde 'Matrix' (1999).
El argumento vuelve a ser de lo más sencillo. Si en la primera película era la venganza lo que impulsaba la acción, en este caso podría decirse que se trata de una cuenta pendiente. A raíz de un pagaré que Wick "firmó" en el pasado, se le obliga a volver al negocio del Continental, muy a su pesar. Aunque en esta ocasión la cinta nos la traiga únicamente Chad Stahelski, prescindiendo de David Leitch, quien dirigió la primera junto a él, el contenido del paquete es exactamente el mismo. ¿Y para qué querer más, si la fórmula funciona? Es algo que deberían plantearse multitud de productoras, directores y guionistas.
Aquí no hay pretensiones, no existe la intención de querer contar o mostrar algo mayor de lo que realmente se tiene entre manos. Esto es un disparo a bocajarro, limpio y muy efectivo. Hablábamos de un hito al comienzo, y así es. Se trata del hecho de que una película de acción, simple y llanamente de acción, se haya hecho con una valoración de la crítica profesional que, sin miedo a equivocarnos, podemos decir que es positiva en un 90 y tantos por ciento. Y otro hito: que una secuela esté igual de bien valorada (o más) que su primera entrega.
Esto es lo que hace a John Wick única. En esta secuela regresa la elegancia, la perfecta coreografía, los cuidados planos, tanto en la iluminación como en su ejecución, las secuencias que son un deleite audiovisual, los personajes tan característicos y ese estilo marcado en extremo que ha hecho únicas a estas dos películas. La unión de los distintos elementos que hacen posible un filme ha resultado en este caso en una simbiosis perfecta.
No es de extrañar entonces que, inmediatamente después del lanzamiento de esta secuela, ya se anunciara una tercera entrega, posiblemente la última, fechada para el 2019. Y sí, esperaremos ansiosos su llegada y sin mucho temor, pues de nuevo sabemos lo que queremos y lo que podemos encontrar.
Esto ya no es personal, solo es un negocio, y queremos más de este maravilloso entretenimiento. Hay quienes dicen que solo son tiros, nada más. Sí, y cuando están tan bien ejecutados, nos puede bastar.
Lo mejor: el estilo y la forma de llevar la acción, como en la primera entrega.
Lo peor: quizá un argumento más elaborado, pero sabíamos a lo que íbamos.
Valoración: 8'5 / 10
Trailer:
Mejor (o igual) que: su predecesora, que supuso el debut de los directores.
Peor que: otras propuestas que, si bien no son similares, brillan también por el estilo y la elegancia, como 'Drive' (2011)
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