Que en 2015 se hagan western tradicionales es muy reconfortante. 'Forsaken' refleja las películas del oeste de los años 50 y 60, algo que siempre es complicado de conseguir. En la sociedad cinematográfica en la que vivimos cada vez se excede más con demasiados efectos especiales y ya no solo nos referimos a películas de superhéroes, si no en todos los géneros. No hay más que ver la última película de Tarantino 'Los odiosos ocho' (2016), para ver un western con los toques modernos, como varios flashbacks.
Al no sucumbir a los efectos visuales y especiales, 'Forsaken' se centra en el argumento. Un pistolero que no quiere matar y termina siendo forzado a volver a una vida que quería evitar. Incluso en algunos momentos nos puede recordar a películas del estilo de John Ford o Clint Eastwood, ya que tiene todos esos detalles de los clásicos; los amores del pasado (Demi Moore) y un padre (Donald Sutherland) y un hijo (Kiefer Sutherland) que tienen problemas entre ellos.
El director de la cinta Jon Cassar ya conocía a Kiefer Sutherland de la mítica serie '24' (2001). Así que no dudo en ningún momento en contar con la leyenda Jack Bauer para su película. Lo que fue una sorpresa, incluso para Kiefer es que Donald Sutherland, su padre, sería su padre también en la película. Es la primera vez que trabajan juntos y ahora sabemos que deberían haberlo hecho antes. La gran parte del peso de la película es la relación de ellos, una actuación sincera, la cual nos hará emocionarnos. En las películas de vaqueros como género hay buenos y malos, pero en esta ocasión el personaje de Kiefer esta en un punto intermedio y eso en gran parte se debe al trato con su padre. Lo bueno que no solo este personaje estará en este punto.
En definitiva, la película no llega al nivel de la maravillosa 'Sin Perdón' (1992) y al final todo se resuelve demasiado deprisa, pero si cada 10 años sale un western que se aleja de Hollywood y nos trae una película del oeste más clásica, se agradece.
Lo mejor: Padre e hijo. El argumento.
Lo peor: Que Kiefer Sutherland no tenga más papeles y un final demasiado en desacorde con el ritmo de la película.
En 1972, John Henry (Kiefer Sutherland) regresa a su ciudad natal tras haber abandonado su vida como pistolero y su reputación como veloz asesino, con la esperanza de arreglar la relación con su padre, el reverendo Clayton (Donald Sutherland). Al llegar, descubre que una banda tiene aterrorizado al pueblo con el fin de conseguir que los terratenientes vendan sus tierras para que el tren pase por el pueblo. John Henry es el único que puede detenerlos, pero su padre no quiere que su hijo regrese a una vida de violencia.
Cuando John Ford se puso detras de la cámara para liquidar con 'Centauros del desierto'(1956) y 'El hombre que mató a Liberty Valance'(1962) los films estereotipados de cowboys e indios, lo hizo con una estrella de sheriff en la camisa. Expulsó al agotado cine del oeste de Hollywood; el borracho del pueblo que como género no se rehabilitó. El western moderno no es una invención de Ford, ni tampoco del director George Miller, porque Miller, a diferencia de John Ford, tiene poco de autor. Es eficaz, se desarrolla con presteza y son prueba: la saga 'Mad Max', 'Babe el cerdito en la ciudad' (1998) y 'Happy Feet' (2006). Cine, en definitiva, comercial, pero que lo avaló para inaugurar con 'Mad Max: Furia en la carretera' el Festival de Cannes de 2015. La excitación por ver a Tom Hardy y Charlize Theron -protagonistas del film- pisando el acelerador en un western moderno de frenética persecución, hizo que el director australiano y los críticos se pasaran de frenada, aplaudiendo una obra comercial que inauguraba un festival por excelencia de autor.
'Mad Max: Furia en la carretera' parte del anuncio del director George Miller de presentar una revisión de la saga y no un remake. Vehicular una obra, que comparte el mismo eje que las anteriores, pero que a la vez utiliza como herramienta para distanciarnos. Mantiene el diseño de un mundo apocalíptico para incidir en la crisis ecológica. Recuerda al Nolan de 'Interstellar' (2014): nos relata en voz en off, mediante fragmentos de telenoticias, la devastación que ha sufrido la Tierra; un conflicto que se explica de forma rápida, ya que Miller entiende que es innecesario alargar la introducción, y nos sitúa como espectadores en un contexto desértico. Acelera, acertadamente, la introducción, porque al cabo de pocos minutos ya vemos al protagonista Max Rockatansky -Tom Hardy- perseguido por una tribu violenta, de estética punk, que galopa por las llanuras del oeste en coches armados y de gran potencia. Un conjunto de elementos que la identifican como un film de acción trepidante con una sociedad distópica y vehemente, es decir, la saga Mad Max protagonizada por Mel Gibson. La revisión recae en la forma, no en el contenido, porque éste se limita a una frenética persecución entre buenos y malos, entre indios nativos y cowboys con aire de protesta urbana y futurista.
Si el contenido no sufre ninguna revisión, seguramente, es porque se le aplica una regresión: los diálogos son mínimos y breves. Un hecho que inicialmente no se puede entender como un aspecto negativo, ya que puede ser un elemento que dote a la película de una coherencia narrativa. Y sí, Miller consigue inicialmente hablar con los motores de los coches, con las miradas y los gestos de los protagonistas sin molestar al espectador. Es coherente porque se desarrolla la acción en un contexto primitivo; una retrospección hacia el hombre salvaje y primario. Una idea que permite hacer del diálogo un decorado minimalista que funcione durante una parte de la película, ¡una parte! Porque si las imágenes muestran una evolución, las palabras tienen que acompañarla si no se quiere romper la coherencia del guión. Al final, deja la sensación de que se contempla un conjunto de imágenes trepidantes, pero vacías.
Y es por lo que desprenden las imágenes por lo que la obra se aguanta durante las dos horas, únicamente por el ritmo visual. Es en este punto donde destaca George Miller y donde se plasma un cierto atrevimiento. 'Mad Max: Furia en la carretera' es el resultado de un gigantesco trabajo en la forma y en el tono: montaje, música y estética. Una evidencia que se plasmó en seis de los Oscar que se llevó, todos ellos en el apartado más técnico. Unmontaje magníficamente troceado que impregna de ritmo el film, que se vuelve aún más vertiginoso con la música heavy que dota de poder cada una de las escenas -la fuerza de la escena del punky con la guitarra eléctrica traspasa la pantalla-. El uso mínimo del plano general y la apuesta reiterada por planos cerrados y de curta duración contribuyen a generar una coreografía que no se para, que reposa de forma breve en el momento oportuno. Acierta convenientemente, porque se anticipa al hecho que el espectador sufra una sobredosis de adrenalina y caiga rendido por la saturación de acción. La estética está delicadamente cuidada, tanto en la imagen como en la vestimenta; se consigue representar la atmósfera que se desea. Formalmente es magnífica, excepto en los flashbacks que se le aparecen a Max Rockatansky durante el film y que no hacen más que romper la atmósfera, son más propios del universo telefilm. Ayudan a entender la personalidad de Rockatansky, sí, pero son innecesarios al ser una idea redundante: ya se denota por su personalidad solitaria y por la voz en off inicial.
Dentro de este estética violenta, destaca la apuesta del director por el mensaje feminista...que fracasa estrepitosamente. La obra empieza siendo fiel a la idea: diferencia el rol de protagonista del de héroe. El protagonista es Tom Hardy, al encarnar a Max Rockatansky, pero el rol de héroe no existe como tal, sino que existe el de la heroína. Charlize Theron representa a una mujer rapada, sin brazo, que, bajo el nada casual nombre de Imperator Furiosa, lucha contra un malvado después de haberle robado su tesoro más preciado. Un malvado que no atemoriza sino que recuerda a un profeta que, con falsas promesas sobre la vida y la muerte, se gana el favor del pueblo. La presentación feminista de Theron se aplaude, porque denota el atrevimiento de Miller. Rompe con la masculinidad de la saga y con cierto convencionalismo de la industria Hollywood. Pero no es tan idílico como pretende el film, ya que se destroza la intención. En uno de los primeros planos donde aparecen unas mujeres juntas, el film, muestra cuatro modelos de Victoria Secret con una manguera en la mano, mientras se mojan sus cuerpos tapados con una ropa minúscula. ¿Cómo se pretende defender una propuesta feminista, si la misma obra es quien perpetua aquello que se critica? ¿Aspira como film de acción comercial trascender a defensora de los derechos de las mujeres con cuatro modelos y ser catalogada de crítica religiosa solo con el antagonista? Pretenciosa y engañosa.
Debajo de una estética que roza la excelencia y un ritmo trepidante se consigue entretener al espectador más comercial. Sin ser nada de autor, ni rompedor tiene como gran éxito haber inaugurado Cannes. Quizás John Ford se quedo corto enterrando, solo, el western convencional.
Se aburrió a sí mismo el cine de vaqueros e indios, de relatar esas historias de vaqueros buenos e indios malos que debían morir. De sheriffs con estrella sobre la camisa que cabalgan impartiendo justicia por la llanura mientras se fuman su tabaco rubio de liar. Se asistía en las salas de cine a tiroteos entrecivilizados y salvajes, que desangraban el 'western' lentamente, hasta que John Ford lo enterró con la elegancia de una derrota prevista.
El director John Ford proyectó en 'Centauros del desierto' (1956) la ceremonia de entierro del cine clásico del oeste. Lo sepultó con 'El hombre que mató a Liberty Valance' en 1962, sin agonías. Descubre Ford la derrota del Oeste salvaje y posterior a la Guerra de Secesión con el personaje de EthanEdward -John Wayne-. Ethan refleja la derrota de los confederados como la ideología racista y el desprecio a la modernidad en contraposición al pasado, ilustrado en su sable inútil en tiempos de rifles y pistolas. Un hombre, Ethan, al que Wayne le confiere presencia en la pantalla y esa obligación de vivir por y para el odio contra aquellos que no siguen sus dictámenes. Tras la derrota en la guerra civil americana, Ford le brinda una nueva oportunidad al personaje de Ethan para vivir: el asesinato de su hermano y la familia de éste y el posible rapto de su sobrina pequeña. Un hombre odioso y obsesivo que habita en la soledad y que solo encuentra compañía cuándo emprende la misión de rescate. Ilustra Wayne, en el personaje de Ethan, la muerte del cine de vaqueros e indios, el declive previo a la modernidad.
Acompaña al personaje de Wayne una historia cuidadosamente bien hilada por Ford. Decide emprender un viaje por el salvaje Texas, repleto de tribus indias. Inicia el rito ceremonioso de un entierro con la desmitificación del heroísmo de esos justicieros sin estrella. Conjura la estrategia propia de los westerns partiendo del antagonismo de 'cowboys' e indios, con la diferencia de introducir una alma errante, perdida y despreciable como la de Ethan. El protagonista rompe con la división entre buenos y malos, pues el encarna las dos caras del ser humano. Monopoliza Wayne todos los sentimientos humanos, dejando su personaje pocos resquicios de expresión a los demás. El amor y el cariño por proteger a los suyos, como también la soledad que le sobrevuela al imponer sus creencias discriminatorias y su sed de violencia desmesurada. Ford desmitifica el héroe del oeste con la imagen de la derrota física y espiritual de Ethan, un 'hijo de puta' sin camino que recorrer.
Ford consigue construir un film que muestra la cara amarga del 'western', el fracaso en la cara de sus personajes y el fin de una época de balas contra flechas.Una historia circular en sus magníficos planos de obertura y cierre que cogen forma en esa puerta que se abre y cierra dando sentido a la vida de Ethan. 'Centauros del desierto' representa el primer paso, la primera piedra, para terminar con el heroísmo y la segmentación entre buenos y malos del clasicismo del oeste.
Lo mejor: la forma en que se desmitifica el 'western'
Sinopsis:
Ethan Edwards es un hombre que regresa derrotado, tras luchar en el bando de los confederados en la Guerra Civil Americana,al hogar de su hermano. Ethan emprenderá un viaje por las tierras salvajes de Texas para vengar la muerte de la familia de su hermano y rescatar a su sobrina, que está en manos de los comanches.
John Ford es considerado como uno de los mejores directores de la historia del cine, y en especial de los westerns, pero en este film deja de lado este género y se inclina más por una comedia romántica ambienta en la vida rural.
La película transcurre en un pequeño pueblo de Irlanda, Innisfree, donde Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa tras un gran periplo de tiempo en Estados Unidos para intentar olvidar su turbulento pasado. En este pueblo de Irlanda fue donde nació antes de emigrar a Estados Unidos. A su llegada al pueblo decide comprar la casa donde habían vivido varias generaciones de su familia. Durante este tiempo, se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una mujer con mucho carácter. Para conseguir conquistarla tendrá que hacer frente a las anticuadas costumbres locales y a la oposición del hermano de su prometida (Víctor McLaglen).
John Ford en el film consigue reflejar una sociedad costumbrista en la que son los hombres quienes tenían el poder y donde las mujeres se dedicaban principalmente a las labores domésticas. Ford apuesta en el film por los personajes, intenta reflejar en cada uno de los planos de la película las emociones, los rostros, las acciones, las conversaciones... intenta que todo tenga su importancia. Todo pequeño detalle tiene su importancia, porque es lo que hace que esta película sea una de las obras cinematográficas más importantes de la historia. Por ejemplo, en la secuencia inicial de la película, en la que el protagonista llega a la estación de tren, se encuentra con una serie de individuos que debido a la forma de interactuar consiguen que el espectador se enganche a la historia y nunca desconecte creando un ambiente familiar.
Pese a las dos horas de duración, Ford consigue hacer una película amena, divertida y con una gran clave de humor, consigue dotar a todos los personajes de una identidad personal, que tiene como consecuencia la aparición de momentos totalmente extraordinarios, una de las escenas donde mejor queda reflejado todo esto es, cuando Sean Thornton y el Sr. O'hara se están peleando y hacen una parada en el bar para tomarse una cerveza y después poder seguir con su pelea.
Lo mejor: El humor y la identidad de los personajes.
Lo peor: La gran cantidad de personajes que hay, puede ser lioso.
Valoración: 8/10
Trailer:
Sinopsis:
Narra la historia de un boxeador retirado que decide volver a su pueblo natal. Cuando llega se instala en su casa de toda la vida y se enamora de una muchacha por la cual luchara para conquistarla.